lunes, 16 de abril de 2012

Sueño con una Semana Santa...


Estoy sentado delante de mi ordenador, tengo abierta una web cofrade que tiene colgadas fotografías de risas y llantos, de alegrías y tristezas, de satisfaciones y desolaciones, de sol y de lluvia, de nazarenos realizando Estación de Penitencia y otros mojados hasta los huesos... 








Imágenes que describen perfectamente como ha sido la Semana Santa de 2012, una Semana Santa imperfecta, una Semana Santa jamás soñada... y yo como soñador cofrade que soy seguiré soñando con la Semana Santa perfecta, esa que nunca llegará pero que mantiene dentro de mi la llama de la esperanza cofrade, ahora me dispongo a soñar y estoy volando hacia mi Semana Santa.


Sueño con una Semana Santa bella, sin lluvia y todas las Hermandades en la calle, con filas de nazarenos que no van disfrazados sino que de verdad van haciendo una Estación de Penitencia, con capataces que no se lucen a costa de la muerte de Cristo, con costaleros sin protagonismo y sin privilegios que llevan  al Hijo del hombre al que no se le concedió mas privilegio que el de morir, con Juntas de Gobierno que no tratan a la Hermandad como si fuera su cortijo y que no respetan a sus hermanos.




Sueño con una Semana Santa con pasos andando de frente y por derecho, con palios que se mueven con gracia y no van como si fueran carretas del rocío, con marchas clásicas y de calidad y no con marchas que son mas dignas de tablao de feria que de ser tocadas para acompañar a Cristo y a Su Madre.







Con cofradías que no se recrean y entran a horas indecentes, con un público de verdad... de los que aman, viven y sienten la Semana Santa, ese publico que nunca aplaudiría una chicotá de la Amargura, la entrada de la Virgen del Socorro o una levantá de Madre de Dios de la Palma, sin aplausos dentro de los templos cuando una Junta de Gobierno toma una decisión.








Sueño con una Semana Santa en la que el tiempo no cuente apenas nada, con periodistas que se dediquen a contar lo que pasa y no a buscar los fallos y los defectos de las Cofradías y que no miran el reloj ni se preocupan por horarios, en la Semana Santa que yo sueño nadie levanta la voz al pasar el Señor de Sevilla y el ruido es sólo el rachear de sus costaleros y el crujir de la madera de Su paso.







Tal vez esa Semana Santa en la que estoy soñando no exista nunca, tal vez esto que os estoy contando sea sólo el fruto de un sueño, mi soñada Semana Santa me vale aunque sea una quimera, porque ocupa el espacio de un sueño del que no quiero despertar nunca, porque me ayuda a imaginar que muchas cosas podrían ser diferentes.
Y  sigo soñando... y me voy a mi Semana Santa para seguir disfrutando de lo que veo, se que solo es sueño y que nunca será así, pero pienso que todo es aún posible y que en un futuro mi sueño se hará realidad.

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